miércoles, julio 11, 2012

¿Cómo no cumplirle la promesa a Valentina?




Refuerzos, ajustes de lo administrativo, el plan de Eduardo Lara para terminar de cumplirle a su hija el sueño de ver al América en la A.



Por Santiago Cruz Hoyos - Fotos Bernardo Peña
Reporteros de El País



“Y ella aprieta, Valentina. Yo no soy de mirar periódicos ni escuchar programas deportivos. Yo me subo en mi carro y por eso los jugadores me molestan: siempre con rancheras, vallenatos viejos, boleros. Déjenme tranquilo, les digo. Así no me doy cuenta si los periodistas hablan mal de mí o no. Pero llego a mi casa y Valentina sí se mete a Internet, lee y tal. Aprieta. Me dice papi, América no jugó bien. Papi, este jugador no sé qué. Papi, en la cancha pasó esto. ¡Ahhh! ¿vos también?, le digo. Tranquila que te voy a dar el título. No, pero papi, es que me parece que tal jugador no se qué. Ella tiene carácter. Yo sé que todo eso me lo dice por el amor a su América. El haber ganado el primer semestre de la B es el mejor regalo que le he dado a mi hija. Al principio fue un cañazo que le tiré para tranquilizarla después de que América descendiera. Le dije que yo sería el técnico para intentar ascender. Después se hizo realidad, firmé con el equipo. Ahora tengo que cumplirle la promesa de volver a la A sí o sí. No le puedo fallar.

Por eso al que le tenga que arrancar la cabeza en América, se la arranco. Un día en un camerino, bravo, le dije a un jugador que si le tenía que dar trompadas, se las daba. Pero era siempre pensando en mi hija, en la institución, en la hinchada. Un día se los dije a los jugadores, incluso a los grandotes como la 'Balsa' Carabalí: si tenemos que darnos trompadas, nos damos. Ellos se ríen. Pero es que tengo que cumplirle a mi hija, que mire cómo es la vida: ella es hincha de América porque en la familia todos son del Cali, primos, tíos. Entonces, como tiene carácter, echó para el otro lado. Ahora los tiene a todos en el estadio cantando los goles del América.

En el triunfo de la final ante el Unión Magdalena le dije: esto es para ti, aquí lo tienes. Me falta el otro escaloncito. Se lo quiero dar. Por ella es que me he aguantado muchas cosas. A veces he pensado en dar un paso al costado, pero llego a la casa y la miro a los ojos y entonces tengo que seguir”.

Es jueves 5 de julio del 2012. Eduardo Lara, técnico del América de Cali, está sentado en la sala de televisión de su casa, al sur de la ciudad. Viste de jeans, camisa azul. Está recién afeitado. En su rostro no hay cansancio que delate que ha celebrado hasta la madrugada el título del primer semestre del Torneo Postobón. Más tarde dirá que después de la fiesta en el camerino del estadio Pascual Guerrero fue hasta el hotel de concentración, recogió su carro, se dirigió a su casa. En la avenida Roosevelt los hinchas lo pararon para tomarse fotos. Después siguió, se acostó a dormir. Aunque los jugadores y algunos directivos lo invitaron, no es un hombre de discotecas. No toma trago, no fuma, no baila. Eduardo Lara prefiere pescar.

Esta mañana ha hecho una confesión. Lo pensó un momento, pero después sonrió pícaro y dijo: “cuando era niño, fui hincha del equipo que no tenía nada. El que andaba en un bus pequeñito, el que entrenaba donde lo dejaran. Se es hincha del débil”. Eduardo Lara niño alentó al América, La Mechita.

En este momento, sin embargo, habla con el lenguaje de su oficio, el de técnico de fútbol que debe tener la cabeza fría, aún cuando se vence. El título logrado este martes ya es pasado, dice. Quedarse pensado en eso es detenerse en la milonga. El ‘profe’, como le dicen cada que lo llaman a su celular, ya planea lo que será el próximo semestre con América. Insiste en que no puede fallar. Insiste en no defraudar a Valentina.

¿Cuál es el proyecto con América para el segundo torneo?

Ahora hay que mirar qué jugadores se pueden traer. Me estoy reuniendo con el comité ejecutivo para eso. Y mirar. Ellos quieren hacer un replanteamiento en la parte económica con algunos jugadores que son costosos y no han podido dar lo que se estaba esperando. Por ese lado podría haber novedades. Es un tema para hablar con el comité, analizarlo para que de todos modos quedemos bien armados. Por ahora no doy nombres de los jugadores que podrían salir. No se ha hablado con ellos y no está bien ventilar nombres.

¿En qué posiciones piensa reforzar el equipo?

Nos hace falta un central, mirar la posibilidad de algún delantero porque con 'Cholo' Trujillo no sabemos lo que pueda pasar, tiene tres ofertas de equipos de la A. Estamos mirando también la posibilidad de tener otro volante central.

¿Va a volver Jaime Córdoba?

No. Yo tengo las cosas claras. A Jaime lo quiero, lo aprecio, por eso estuvo en el camerino en el partido contra Unión Magdalena, pero para este semestre quiero esperar a que él se recupere de la mejor manera. Creo que a Jaime le haría bien ir a otro equipo, ojalá de la A, donde él pueda tener esa tranquilidad para recuperarse y después, cuando América ya esté en la primera categoría, pueda regresar. Pero conmigo, no va a estar.

¿Qué ajustes se deben hacer para que América sea más fuerte a nivel institucional? En los últimos meses hubo líos: informaciones confidenciales que se filtraban a los medios, por ejemplo.


Lo que pasa es que en una institución las cosas se tienen que manejar diferente. Como en toda empresa, siempre hay una cabeza y la cabeza acá es el presidente Carlos H. Andrade. Entonces, cuando hablan demasiadas personas, pasa eso y es ahí donde han aparecido las molestias. Acá lastimosamente se hacía un comité ejecutivo y no se había salido y ya todo el mundo sabía lo que se había dicho. Claro, por los medios, directivos que tienen amigos en los medios, pero eso causa molestias, a mí no me gusta.

Por eso tuve un altercado con algún directivo (Édgar Navia), pero lo he hablado con él y le he dicho que si me va a hablar y vamos a ir de frente mirándonos a los ojos, conmigo puede contar. Pero de lo contario, no. Por eso, estar en América no ha sido fácil. Si ganando ha sido así, imagínese lo que hubiera sido perdiendo. Yo tengo que estar firme en lo que quiero, porque de lo contario trabajar de esa manera es muy incómodo. Para eso es preferible dar un paso al costado. Pero indudablemente hoy estoy muy contento.

¿Con Édgar Navia el problema fue ese, revelar informaciones confidenciales?

No voy a polemizar en eso. Ya hablé con él, ya nos sentamos después de una reunión, espero que las cosas tomen el camino y el rumbo que tienen que tener.

¿Cómo se manejó el rumor que circuló antes de la final en el que se decía que a los empleados del equipo, a los jugadores, se les iba a rebajar el sueldo?

Eso no fue fácil. Se hizo una reunión. Yo no soy de guardarme las cosas. La situación se la manifesté a los jugadores. Yo ya sabía que ellos conocían ese rumor, ya me lo habían dicho, entonces había malestar y tratar de qué sé yo —taparlo por encima—, no quise eso. Por eso hubo una reunión acalorada, pero ahí fue cuando se habló con el doctor Navia, se aclararon las cosas. Los jugadores sí se dieron cuenta del correo en el que se decía que América tenía que reducir casi en un 50% sus gastos y eso causó malestar. Se tuvo que hablar mucho con los jugadores.

Usted ha hablado de sacrificios para ganar el primer semestre. ¿A qué se refiere?

Ha sido muy duro. Mucha gente piensa que ha sido fácil o que porque es América todo es más sencillo. No. América tiene una hinchada maravillosa, una institución grandísima, de pergaminos, pero, ¿cómo te explico?: sobre la mesa no lo respeta absolutamente nadie.

Es más, ahora que lo ven en la B, todo el mundo quiere caerle. Pero este grupo de jugadores, gracias a su tenacidad, a esa garra, a ese empuje, ha logrado salir adelante. Las cosas malas que hayan pasado ya quedaron atrás, el triunfo del martes también quedó atrás, muy lindo y todo, pero si me quedo en eso, me quedo pensando en la milonga y ahí me voy a detener. Acá lo más importante es que América quiere y va a seguir luchando para llegar a la A, empujando todos. Si no empujamos todos parejo va a ser muy difícil, porque ahora vamos a tener mucha más gente en contra.


De otro lado, ¿que aprendió América de la B en este primer semestre?

Lo más importante es que entendimos cómo se juega el torneo. Lo entendieron los jugadores, tal vez la gente no. Mire en Argentina. River Plate, que se ha caracterizado por un fútbol exquisito y usted se ponía observarlos y nada que ver. No le permitían jugar. Las canchas, todo lo que uno encuentra en estos torneos hace que no se juegue como se quiere. Y acá no es la excepción. El equipo entendió que la B se juega distinto. En la cancha a nadie le van a dar tiempo de parar, de pensar, como te lo pueden permitir en la A.


Existe un temor: varios jugadores que tiene América hoy son prestados. ¿Cuál es el plan para el próximo año en caso que el equipo ascienda y no se desmantele?

El plan es el que estamos trabajando con Ramiro Viáfara en divisiones menores, que se habían prácticamente acabado. Nosotros tenemos una experiencia muy grande ese sentido, todos los que hacemos parte del cuerpo técnico hemos trabajado en divisiones menores. Pero hay que esperar, eso no es de 8, 15 días. Ya tenemos armados los grupos, les está yendo bien. De ahí van saliendo jugadores. Lógicamente, si se llega a la A, América tendrá que invertir.

¿Se va a quedar si asciende a la A?

Ya hablé con el presidente. Él quiere que yo siga el próximo año, pero tengo mis cosas claras. En diciembre entrego el equipo, me retiro del América.


Eduardo Lara habla de representantes, ofertas del exterior, se escucha muy seguro de sus planes de salir del país en 2013.

Un par de minutos después Valentina llega a la sala de televisión. Abraza a su padre, posan para las fotos. Después, cuando Eduardo Lara atiende una visita, ella, entre dientes, como para que no la escuchen, dice que quiere que su papá se quede en el equipo el próximo año. Quizá lograrlo es su nueva misión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantó, yo que no sé ni me gusta el fútbol, fui "seducida" por el título y por el tratamiento que le diste a la información... Cada vez mejor... Gracias por compartir con tus lectores el placer de leer tus escritos. Yenny Viviana Cruz