lunes, noviembre 09, 2009

El escudero de Marlon Brando


Evaristo Márquez es el único actor colombiano que actuó junto al gran Marlon Brando. Eso fue en 1969, en la película 'La quemada’ . Gaceta lo encontró en su pueblo, San Basilio de Palenque. Historia.


Por Santiago Cruz Hoyos

Fotos María Cristina López


I


De pronto, Evaristo Márquez guardó silencio en medio de la entrevista y desvió su mirada a la derecha. Se le vio, recuerdo muy bien, una mirada de águila, de cazador. Cuando observé el motivo de su distracción, vi a una mujer blanca, con un short, caminando por las calles empedradas y polvorientas de San Basilio de Palenque, frente a su casa.


El andar de la muchacha era seguido por los ojos pícaros de Evaristo, que la detallaba como un tigre que no pierde de vista a su presa. Cuando la mujer se pierde de sus ojos, sólo en ese momento, vuelve a mirarme y sigue contando su historia. Antes me aclara que la muchacha que acaba de pasar es de Bogotá. Le ha seguido la pista.


Durante mis encuentros con él, comprobaré que Evaristo Márquez, el único actor colombiano que se ha dado el gustazo de protagonizar una película junto a Marlon Brando, fue un Don Juan consagrado, un conquistador de mujeres infalible. Hoy, a sus 70 años, sin embargo, es inofensivo. Galantea, mira, lanza uno que otro piropo con respeto, le toma la mano a las muchachas que vienen a conocerlo, posa teatralmente como todo actor para las fotos que le toman, pero nada más. Eso sí, de su manual de conquistador no se le olvida ni una coma.


- Yo ya estoy retirado de esas lides. Además, para conquistar a una mujer hay que tener plata, porque a la mujer le gusta, y yo ya no tengo. Claro que hay momentos en que uno está en racha y no necesita ni plata. También, muchacho, hay que saber decir palabras bonitas.


Sí, un repertorio bastante amplio. Es la única manera, supongo, de poder tener al mismo tiempo cuatro mujeres, como le ocurrió una vez en Cartagena. Eso fue a finales de los 60, cuando era escurridizo y famoso, y salía en el afiche promocional de la película ‘La quemada’, junto a Marlon Brando. En San Basilio de Palenque, para dar más señas de su fama de galán de cine, sus dos mujeres, Minerva San Martín y Bertulia Salinas, con quienes tuvo 15 hijos, vivieron en una época en la misma cuadra.


- La única prueba de un hombre, con una mujer, es si la deja con hijos, embarazada. Si no tienes hijos con la mujer con la que estés, no quedará ninguna prueba de que pasó por tu vida, y hasta te puede negar, me dice con tono de consejo a seguir.


No es extraño entonces que Evaristo Márquez se defina a sí mismo como un pájaro carpintero: “Pico aquí y pico allá”. El viejo, que es un viejo zorro, se ríe enseguida.


II


Este hombre fue famoso. Ahí donde lo ven, protegiéndose del sol sentado bajo un árbol de 'matarratón', actuó en cinco películas y algunos comerciales de televisión. El filme en el que debutó, por el que es recordado en San Basilio de Palenque, su pueblo, ubicado a 45 minutos de Cartagena, es ‘La quemada’, una película que se estrenó en Colombia un primero de enero de 1969 y en la que, repito, fue coprotagonista junto a Marlon Brando, el mítico actor estadounidense que ganó dos premios Oscar y que murió el 1 de julio de 2004, en Los Ángeles.


Evaristo encarnó el papel de José Dolores, un hombre que es influenciado por William Walker (Brando), un agente encubierto del Gobierno Británico que llega a la isla Quemada, en el Caribe, con la misión de organizar una revolución para debilitar el poder del gobierno portugués y apoderarse de la producción de la caña de azúcar. Walker, para lograr su objetivo, empieza a preparar a José Dolores como líder revolucionario y le inculca la necesidad de derrocar al gobierno portugués por medio de las armas. Al final José es capturado. Hay batallas por doquier, escenas de guerra, plantaciones de caña incendiadas, negros que caen por las balas de los soldados portugueses.


La película, filmada en Colombia, Marruecos, Francia e Italia, dura 132 minutos y fue dirigida por el italiano Gillo Pontecorvo, famoso por su película ‘La batalla de Argel’ que ganó el León de Oro a mejor película en el Festival de Cine de Venecia de 1966. Pontecorvo fue el hombre que convirtió a un arriero de San Basilio de Palenque en actor de cine. ¿Cómo fue eso Evaristo, llegar a actuar junto a Marlon Brando?


La historia la ha contado a periodistas y turistas que llegan al pueblo sólo con la idea de conocerlo. A cambio, insinúa, sólo insinúa, pide que le regalen cigarrillos, o diez mil pesos, o lo que le quieran dar. “Yo no cobro por las entrevistas”, dice. Pero lanza sus peticiones a ver qué resulta.


Y la historia que relata es, literalmente, de película. Pontecorvo andaba buscando por Cartagena un negro bien parecido, fornido, con madera para la actuación, para que hiciera el papel de José Dolores. Pero el director tuvo mala suerte y no encontró a su personaje en la ciudad. Tampoco tuvo suerte Salvo Basile, su asistente, a quien le había encomendado que contratara para protagonizar ese personaje a Sidney Poitier, el primer actor afro en ganar el Óscar, en 1963, por su actuación en 'Los lirios del valle'.


Un día, por casualidad, mientras Pontecorvo iba a San Basilio de Palenque, vio en la carretera a Evaristo, un negro joven con clase y de músculos marcados, que iba sobre una yegua arreando ganado. A Pontecorvo, otro viejo zorro, se le apareció la virgen. Era el hombre que quería para su película. De inmediato el carro en el que iba frenó. Alguien, Evaristo no se acuerda quién, le hizo señas para que también se detuviera. “Y me dijeron: el director se enamoró de usted para que haga un trabajo en una película. Yo les dije que estaba ocupado, que me esperaran media hora en el puente hasta que terminara de llevar el ganado. Cuando llegué al puente, rato después, me dicen: párese allá, de frente, y cuando yo le diga acción, se viene caminando con la yegua. Acción, y me fui. Acción... y me fui, así. Me tomaron fotografías, después. Alguien me hizo bajar de la montura. Póngase allá, camine para allá, me dicen y me tomaron otras fotos, como diez. Está bueno señor, dijo el del casting”.


Quizá el que le dijo eso a Pontecorvo fue Marcello Gatti, el fotógrafo de la película. O Alberto Grimaldi, el productor. O tal vez Franco Solinas o Giorgio Arlorio, los guionistas. Evaristo no se acuerda. El caso es que lo aceptaron, era José Dolores.


Pontecorvo le dijo en italiano: “Renuncie a sus otros trabajos para que firme un contrato con nosotros. Usted va a ser el segundo actor de ‘La Quemada’”.


- Pero yo no he trabajado nunca en esa vaina.


- Tranquillo, nosotros le enseñamos.


La conversación, recuerda Evaristo, se la tradujo un tipo llamado Martín, el conductor de Pontecorvo. Y aceptó. Miedo no le dio porque, dice, un hombre que camina por la vida montado en un mulo no tiene porqué tenerle miedo a nada, menos a una cámara.


Quizá eso explique la razón para que Evaristo no se haya amedrentado ni siquiera con los libretos. Es que no sabía leer ni escribir.


Gustavo Tatis Guerra, periodista de El Universal de Cartagena, escribió que “Pontecorvo contaría que, para su sorpresa, Evaristo se llevaba el libreto de cada día de filmación y lo reinventaba al día siguiente a su manera”. Así superaba su analfabetismo.


Un 11 de noviembre, Día de la Independencia de Cartagena, recuerda, inició la grabación de la película. Evaristo Márquez cogió un par de pantalones, tres camisas, y salió de San Basilio de Palenque a encontrarse con la fama.


III


-Evaristo, y ¿cómo era Marlon Brando? ¿Cómo fue actuar con él?


- Marlon Brando era un tipo chévere. Él hablaba inglés, y yo español, pero nos entendíamos. A veces yo me quedaba callado en una escena en la que tenía que hablar y él me pegaba con el pie para que reaccionara. Él me ayudaba en la película, aprendí bastante de él. Puedo decir que con Brando fuimos grandes amigos, ese hombre me apreciaba y yo me dejaba querer.


Brando y Pontecorvo no se entendían muy bien en la película. Discutían, se gritaban. “'La quemada’ es una crítica severa del colonialismo, del comercio internacional y de la esclavitud, y en su estreno Pontecorvo la presentó como un intento de unir el género de aventuras románticas y el cine de ideas. Encontró en Brando a un ferviente aliado, pero por desgracia actor y director se dieron cuenta de que una vez puestos a trabajar juntos su visión sobre la interpretación dramática no coincidía, y al final de nueve difíciles meses de producción, ni siquiera se dirigían la palabra”, escribió Tony Thomas en el libro ‘Las películas de Marlon Brando’.


Era Evaristo el que conciliaba entre ellos, el que se le acercaba a Brando para que continuara actuando, para que se calmara. Y se iban de parranda. “Una vez estábamos filmando una escena en Galerazamba, (Bolívar) y no sé qué pasó con el Director y él pero estaban discutiendo. Después Marlon cogió el carro y se fue para Barranquilla. Entonces, él me llamó para avisarme que se iba para el hotel El Prado. Fue cuando Pontecorvo me dijo: Evaristo, vamos para Barranquilla. La clave para hablar con él eres tú. Y sí, me entendía bien con Brando”. Así se la pasaban.


“Marlon me decía ‘Varista’, porque no me podía decir Evaristo. Él tenía una casa en Cartagena, particular, donde vivía con una muchacha. Tenían dos pelados. Ahí tomábamos bastante. Ese hombre sí que aguantaba ron”.


Con ‘La quemada’, Evaristo viajó a Marruecos, para seguir grabando y consiguió, cómo no, una muchacha. Él vuelve a la carga con el tema de las mujeres. “¿Si voy a estar un tiempo solo en un lugar, por qué no puedo conseguirme a una mujer para que me acompañe?”, pregunta.


Gracias a ‘La quemada’ también conoció Italia, España y Francia, “de paso”. Y hoy hace cuentas y calcula que por la película le pagaron unos dos millones de pesos de la época, que era plata, y mucha.


- ¿Y qué la hizo Evaristo?


- La boté. La boté vagabundeando con mujeres, como dice Diomedes Díaz. El viejo zorro vuelve a sonreír.


IV


Después de ‘La quemada’, Evaristo actuó en películas como ‘Cumbia’ (1973); ‘Mulato’ (1974); ‘Arde Baby, Arde’ (1975) y varios comerciales de televisión. Actuando en esos filmes conoció México y almorzó, incluso, con Antonio Aguilar, al que considera uno de los mejores actores que ha visto, después, por supuesto, de Marlon Brando. “Es que como Brando no hubo otro actor. Esa forma de transformar la expresión de su cara, de su mirada, no la tiene nadie. Además, era un hombre valiente”.


Evaristo dejó de grabar, no llegaron más contratos. Y como el coronel Nicolás Márquez, el abuelo de García Márquez, se quedó esperando una pensión del gobierno. “Es que yo fui el único actor colombiano en actuar junto a Marlon Brando”, reclama. La pensión, como al coronel Márquez, nunca le llegó.


Evaristo anduvo un tiempo en Venezuela, trabajando en el campo. Ahora vive de los hijos y los 44 nietos que tiene. Es que no puede trabajar desde hace cuatro años, cuando se cayó de un mulo y se fracturó una de las piernas. Y también vive de los turistas y periodistas que pasan por su casa escuchando su historia. Pide cigarrillos, o diez mil pesos. O ñeque, el trago artesanal de San Basilio.


Como sucedió en la plaza del pueblo. En medio del XXIV Festival de Tambores y Expresiones Culturales que celebraba San Basilio, anunciaron la proyección de 'La Quemada'. Evaristo se pavoneaba aquí y allá, con porte, caminando con un bastón y sobre el torso llevaba puesta una camiseta negra desteñida con un mensaje en amarillo: http://www.laquemada.com/.


Se subió a la tarima, habló, gritó a todo pulmón que él era Evaristo Márquez, el único colombiano que logró actuar junto a Marlon Brando en una película.


Mucho antes de subirse a la tarima, mientras comentaba que era amigo de Fernando González Pacheco, y hablaba, cómo no, de mujeres, me había dicho. “Compra una botella de ñeque para que sigamos conversando, que yo con cerveza me quedo mudo. Ven yo la compro, cuesta 5.000 mil pesos”. Costaba $2.000, me di cuenta después. Con el viejo zorro y con ñeque en la calle, seguimos hablando de sus amores pasados. “En México tuve a un gran amor que se llamó Concha Cassiani... y es que sabes una cosa, a mí la mujer que me gusta se lo digo de entrada, la mortifico... y yo por mujeres no me quejo”...