martes, febrero 12, 2013

Vida de un boxeador gay




Orlando ‘Fenómeno’ Cruz nació en Puerto Rico, es campeón latino de la OMB y el primer boxeador en la historia que declara públicamente ser homosexual. ¿Por qué?


Por Santiago Cruz Hoyos
Reportero de El País - Cali


En Búfalo, la segunda ciudad más grande del Estado de Nueva York, una ola de frío extremo hace que la gente se encierre en su casa. Los diarios aseguran que la temperatura puede llegar a los -6 grados centígrados durante el día y -10 en la noche. Quizá sean los días más helados de 2013.

El boxeador, en todo caso, va rumbo al gimnasio. Pasamontañas, guantes, chaqueta, sudadera. Sale pasadas las 10:00 de la mañana, cuando el sol aumenta un poco el calor, solo un poco. Entrenará durante tres horas, descansará, para en la tarde correr en una pista bajo techo. Las peleas, piensa, se ganan en el gimnasio, entrenando, no en el ring.

A pesar de ese frío que según los meteorólogos proviene del ártico, se prepara sagradamente para defender el título de campeón latino en las 126 libras de la Organización Mundial de Boxeo. El combate será el próximo 22 de marzo, frente a un mexicano: Aalan Martínez.



II

Primero, allá en Puerto Rico, la tierra natal, su deporte fue el fútbol. Después, el judo. Llegó a cinta verde. Pero sucedió que siendo niño, se la pasaba peleando en las escuelas. En los salones, en los patios, en los parques cercanos, donde se le atravesaran.

Sus padres idearon entonces un plan para transformar su ira. Como a ti te gusta golpear, pero que no te golpeen, le dijeron, te vamos a meter a clases de boxeo. Así, también, aprenderás a recibir los porrazos de la vida.

El niño aceptó, pero les lanzó una suerte de profecía. En el boxeo, seguro, tampoco voy a recibir golpes. Soy yo el que los voy a dar. Voy a llegar bien lejos, ya verán. Todos se reían de sus agallas, la certeza. Orlando ‘Fenómeno’ Cruz, el boxeador, tenía apenas 7 años.

III

Empezó, efectivamente, a lanzar puños. Representó a Puerto Rico en panamericanos, centroamericanos, mundiales, los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.

Después de 189 peleas amateur, 179 ganadas, aparecieron promotores, manejadores, representantes, la fauna tras el talento, el éxito. Lo convencieron. Decidió ser profesional.

Justo en esa etapa descubrió su atracción por personas del mismo sexo. Tenía, recuerda, 18, 19 años. Antes de aquello, a los 14, a los 15, el boxeador tenía novias furtivas como cualquier adolescente.

Se sentía, al principio, culpable. Pensaba que si se llegaba a saber en su entorno cercano, le haría daño a mucha gente: los amigos, la familia, las exnovias. Por eso aquel secreto se lo guardó por años. Es, sospecha, el combate más largo de su vida. Sin embargo, ganó.

Orlando ‘Fenómeno’ Cruz, 31 años, es el primer boxeador de la historia en declarar públicamente que es homosexual.

El 4 de octubre de 2012 escribió en un comunicado: “Siempre he sido y seguiré siendo un orgulloso puertorriqueño. Siempre he sido y seguiré siendo un orgulloso hombre gay”.

IV

Solo Dominga, su madre, sabía. Ella es, para el boxeador, la razón de ganar. Cuando él le contó de su homosexualidad, lloraron juntos un rato. Después Dominga le levantó la cabeza, le hizo una promesa: él era su hijo, y fuera lo que fuera, lo iba a apoyar siempre. Por nada del mundo, recuérdalo bien muchacho, te voy a dejar solo.

Eso lo llenó de confianza, coraje. Orlando reunió al resto de la familia para darle la noticia. Al principio se reían. Pensaban que ‘Fenómeno’ Cruz estaba bromeando. Cuando lo vieron llorar, enmudecieron, lo apoyaron. Incluso hasta Orlando papá, que al principio no le cayó bien la noticia. Hoy son los mejores amigos. Papá Orlando lo llama y le pregunta si tiene pareja, si se está protegiendo, qué necesita.

Ese apoyo de la familia, dice el boxeador, es determinante en las personas homosexuales. Si te respaldan te motivan a cumplir las metas, te catapultan a lograr los sueños. Si te rechazan, te paralizan.

Orlando ‘Fenómeno’ Cruz registra 21 combates como profesional. 18 los ha ganado. Busca ser campeón mundial.

V

No fue por fama. No fue por raiting o notoriedad. Declarar públicamente la homosexualidad fue una manera de sentirse libre. Que el mundo supiera de una vez por todas quién era él. Así, por fin, saldría a la calle como era, sin complejos, a respirar aire puro, la libertad. Así subiría al ring sin ataduras.


Pensó, por supuesto, que todo iba a ser más difícil. Que lo iban a insultar en la calle, que se le iban a burlar. Y pensándolo bien, no.

Lo apoyan en Puerto Rico, lo apoyan en Estados Unidos, lo apoya su familia, los rivales lo respetan, Ricky Martín lo felicita en las redes sociales. No falta, claro, el homofóbico, la chanza, pero a estas alturas del camino aquello es una nimiedad. El boxeador gay, en realidad, es un hombre respetado dentro y fuera del cuadrilátero.



VI

¿Un gay en el boxeo? ¿Acaso eso no es contradictorio? ¿Acaso el homosexual no es una persona delicada, como indica el estereotipo, y no de andar por ahí dándose puños?


Orlando ‘Fenómeno’ Cruz nunca se ha hecho esos interrogantes. Un asunto es el boxeo, y otro muy distinto su sexualidad, dice serio. Nació para pelear, sí, pero también nació homosexual. ¿Por qué riñe lo uno con lo otro? ¿Por qué si llevo 24 años en el boxeo y siendo homosexual he vencido a tantos pegadores talentosos? Jorge Pazos, Alejandro Delgado, Leonilo Miranda, Wilfredo Acuna, Francisco Huerta...

El boxeador quizá no lo piense, quizá no le importe, pero su historia transforma una creencia: ser homosexual, al fin y al cabo, no significa dejar de ser hombre.





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